Mujeres desaparecidas


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«¿Cuántas letras hay en el alfabeto chino?» La respuesta a esta pregunta tan frecuente no es única. Ante todo, la escritura china no es un alfabeto, es decir, no utiliza letras, sino más bien signos de palabras abstraídos de imágenes, cuyo número es muchas veces superior incluso al del alfabeto más rico. Los diccionarios chinos más extensos y la tabla nacional de caracteres chinos cuentan decenas de miles de caracteres —48.000 en la edición de 1992—, pero la mayoría de ellos son términos históricos u obsoletos que ya no pueden considerarse parte del «alfabeto chino». Los lectores habituales de su literatura reconocen una media de 3.000 a 4.000 caracteres, y los especialistas de 5.000 a 6.000. La norma publicada en 2013 en la China continental contiene 8.105 caracteres, de los cuales uno debe ser capaz de escribir prácticamente todos.

Sin embargo, esta cifra representa sólo dos tercios del conjunto completo de caracteres del chino anterior a la guerra, y la inmensa mayoría de los caracteres actuales ni siquiera se parecen a los que se usaron durante milenios.
 

En el furor de la fiebre de modernización que comenzó en China hacia el cambio de siglo y que se intensificó después de la revolución republicana de 1912, cada vez más intelectuales proclamaron que la complejidad de la escritura china era uno de los mayores obstáculos para el desarrollo del país. Muchos querían pasarse a un alfabeto latino —lo cual, sin embargo, es casi imposible para escribir chino— o, al menos, reducir el número de caracteres o simplificar sus formas complejas. Sus oponentes afirmaban que esto habría supuesto un empobrecimiento fatal del rico legado histórico codificado en los caracteres.
 

Finalmente, el Partido Comunista Chino —oficialmente para promover la alfabetización, pero también para romper con el pasado— introdujo en 1956 el sistema de escritura simplificado actual. Redujo la forma de muchos caracteres y eliminó casi un tercio de ellos. Este sistema es oficial únicamente en la China continental, mientras que Hong Kong, Taiwán y las viejas diásporas chinas —en Estados Unidos, Gran Bretaña o Indochina— siguen utilizando los caracteres tradicionales.
 

La inmensa mayoría de los caracteres chinos está compuesta por dos partes. La razón de ello es que los primeros diccionarios chinos, elaborados entre los siglos III y II a. C., organizaron los caracteres en grupos semánticos, y luego el carácter del grupo dado pasó a formar parte de todos los caracteres incluidos. Esto facilitaba la memorización y la consulta de los diccionarios. Al mismo tiempo, podían crearse nuevos caracteres añadiendo un nuevo nombre de grupo —部首 bùshǒu, «cabeza de grupo», en español raíz— delante de un carácter ya existente, el cual adquiría así un nuevo significado. Por ejemplo, si añadimos el radical o raíz 女 «mujer» al carácter 馬 «caballo» (que aún muestra la crin y las cuatro patas de un caballo, mientras que su forma simplificada posterior a 1956, 马, ya no lo hace), obtenemos el nuevo carácter 媽 «mamá» (forma simplificada: 妈), es decir, «una palabra que pronunciamos como ‘caballo’, pero que pertenece al grupo de palabras de ‘mujer’».   Mujer 女 y niño 子 forman juntos 好 hǎo, «bueno» (véanse aquí a la derecha las variantes caligráficas), mujer 女 y antiguo 古 forman juntas «tía» 姑 . En la palabra 妻 «esposa», el signo de la mujer está en la parte inferior. Lo que vemos encima es el cabello largo de la joven, que está trenzando con la mano. Y tres mujeres juntas 姦 jiān significan «malvado»… quizá el recuerdo deprimente de la poligamia.

Y hablando de mujeres, es bien sabido cómo la combinación de la política del «hijo único» y el sistema de pensiones introducido por el Partido Comunista distorsionó la demografía china. Puesto que las parejas casadas no pueden confiar en sus pensiones, y con sólo sus hijos varones para mantenerlos en la vejez, desean obviamente que el «hijo único» permitido sea varón, porque cualquier hija apoyaría a la familia de su marido. Por lo tanto, dado que el sexo del niño por nacer puede determinarse de antemano, una proporción mucho mayor de fetos femeninos ha sido abortada respecto de los masculinos. En la China continental, había 117 hombres por cada 100 mujeres en 2001, lo que significa que casi un 20% de los hombres no podrá encontrar esposa en su país debido a la falta de mujeres.

Pues bien, es necesario conocer todo lo anterior para comprender el lacónico cuadro expuesto en la recién inaugurada exposición china del Foro Humboldt en Berlín. El cuadro de 2016, Cien mujeres, fue pintado por Jia 嘉, nacido en 1979, quien trabaja mucho con los caracteres de su lengua. En la pintura hay cien de esos caracteres dispuestos en cuadrícula. Cada uno contiene el radical «mujer», es decir, cada uno significa algo relacionado con mujeres y feminidad. Otro rasgo común de todos ellos es que la reforma de la escritura comunista los expulsó del conjunto de caracteres admitidos. Ya no pueden emplearse para expresar conceptos cuyo registro matizado había sido inventado por una riquísima literatura china de varios miles de años. El «contenido de feminidad» de la cultura china ha disminuido con esta prohibición, del mismo modo que con el control de natalidad comunista. El carácter-proclama y el mensaje del cuadro quedan subrayados por la tipografía elegida por Jia, idéntica a la de los carteles comunistas tempranos. Como si estuviera publicando una lista de cien mujeres condenadas a muerte por el régimen.


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