«Dicen que fotografío “Rusia sin concesiones”. Pero eso me parece bastante superficial. Me parece más exacto decir que fotografío “la Rusia media”, porque así es como se ve Rusia más allá de las grandes ciudades».
«Comparando tu página de Instagram https://www.instagram.com/dcim.ru con otras páginas variopintas y brillantes, uno tiene la sensación de estar viendo dos países distintos. ¿Son los protagonistas de tus fotos la Rusia real?»
«Mira, mi abuela acaba de morir. Trabajó toda su vida como costurera en una fábrica. Debajo de la cama donde pasó sus últimas dos semanas encontramos un saco de patatas. Ella ha estado cosiendo sacos así toda su vida. Así transcurrió la vida de mi abuela. No creo que los jóvenes de hoy sueñen con un futuro así, con trabajar toda su vida en una fábrica y morir con un saco de patatas bajo el colchón.»
Pero cuando hago fotos como las de estas de estas tías mías, la del saco de patatas de mi abuela, quiero ver un significado y una belleza en ello. Estas fotos muestran la vida de la gente, así es como vive la gente. Y no una, dos o tres personas, sino la mayoría en Rusia. Eso es lo que quiero mostrar. En los quioscos muestran fotos de estrellas. Yo miro a la gente común, la belleza de la vida ordinaria y cotidiana.»
La entrevista a Dmitry Markov de 2018 subraya la belleza de estas imágenes. A nosotros, sobre todo, nos impresiona la miseria, la rabia y la desesperanza que hay en ellas, con las cuales esta belleza y humanidad intenta mantener un equilibrio. La inhumanidad a la que este régimen empujó a este pueblo y que utiliza para empujar a otros pueblos. Esta es la fuente de la oscuridad que ha inundado el mundo de forma más palpable que nunca en los últimos dos años.
Родина-Мать (La Madre Patria)
Aparte de su belleza y la presencia insidiosa del amor, otra característica importante de estas imágenes es que arrojan luz sobre historias e identidades en las antípodas de la narrativa del poder. Son lábiles, frágiles, pero reales. Están vivas, llenas de humor y absurdo. Uno puede identificarse con ellas. Su contraste con los símbolos del poder a menudo vuelve a estos últimos cómicos. Markov llama a esto «patriotismo alternativo o de protesta».
«Era un “Cartier-Bresson ruso”», dijo Kirill Serebrennikov, uno de los principales directores de teatro del país, que colaboró con Markov. «Fue capaz de capturar el alma del pueblo, su ADN. Si quieres entender a los rusos, deberías mirar las fotos de Dima Markov».
Markov vivió en Pskov, fotografió por toda Rusia y tuvo exposiciones en Moscú, París, Roma y Nueva York. Fue imagen publicitaria del iPhone 7 –de hecho, tomó la mayoría de sus fotos con un iPhone. Fue una elección consciente: así podía hacer fotos tan cercanas de la gente y de las situaciones. Su página de Instagram tiene más de ochocientos mil seguidores.
No solo fotografió este mundo absurdo y miserable con amor, sino que también quiso mejorarlo. Desde 2007 trabajó como voluntario en un instituto psiconeurológico cerca de Pskov, preparando a niños huérfanos para su integración en la sociedad. «Logramos salvar a todos los más o menos inteligentes», dice en una entrevista. Y después de que lo arrestaran en una manifestación pro-Navalny en 2021, tomó su foto más exitosa: un agente antidisturbios enmascarado bajo una foto de Putin en la comisaría. Subastó la imagen y transfirió los dos millones de rublos que recibió a organizaciones de derechos humanos que ayudan a los detenidos ilegalmente.
Dmitry Markov, uno de los mayores fotógrafos rusos contemporáneos, murió el 16 de febrero, con 41 años, en Pskov.
«Descansa en paz, hermano», escribe uno de sus seguidores bajo su última foto en Instagram. «Ni siquiera sé cómo escribir esto. Tú y Lekha erais mi faro en este infierno sin esperanza…»
Entrevista de Yury Dug con Dmitry Markov, 2019
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