La Pascua —como hemos documentado ampliamente aquí, entre los Poemas del Río Wang— se celebra de maneras muy distintas alrededor del mundo, allí donde se celebra. Puede parecer sorprendente, pero también se celebraba en la Unión Soviética en la década de 1930. Esta fotografía de 1933 da testimonio de ello.
La inscripción en el pizarrón dice: «¿Quién estuvo en la iglesia en Pascua?», y los pequeños pioneros anotan los nombres de aquellos que saben que estuvieron allí. Solo podemos imaginar lo que ocurre después: quien haya tenido la suerte de experimentar un acoso similar en Hungría en la década de 1970, llevará ventaja.
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Algunos datos: entre 1929 y 1941, solo 500 de las 29.000 iglesias de la Unión Soviética permanecieron abiertas, y solo en 1937 fueron ejecutados 85.000 sacerdotes ortodoxos. |
Pero veamos el lado luminoso de las cosas: según esto, durante la sangrienta persecución de la Iglesia entre 1929 y 1941, todavía existía en algún lugar de la Unión Soviética un templo donde se celebraban los oficios de Pascua, un sacerdote que los oficiaba y algunos creyentes que asistían.
Aunque esto tampoco es completamente fiable. Después de todo, ¿en qué circunstancias pudo tomarse esta fotografía? Es poco probable que el fotógrafo oficial estuviera presente en el momento de una humillación escolar espontánea y la captara con su cámara. La mayoría de las fotos oficiales tomadas en la década de 1930 eran imágenes de propaganda preparadas de antemano. Esta fotografía podría también encajar dentro de la gran campaña antirreligiosa de entre 1929 y 1941, e ilustrar no una práctica real, sino una práctica deseada. Puede que en el lugar ya no existiera ninguna iglesia en funcionamiento. Así como los sacerdotes gordos y codiciosos que a menudo se exhibían como enemigos durante la campaña ya habían sido completamente ejecutados o deportados a campos de trabajo.
Sin embargo, de no haber iglesia entonces tampoco habría feligreses. En tal caso, la imagen no representa una humillación real y los nombres serían ficticios. Lo cual también tiene su lado positivo.







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