
Történelemóra a történelmet próbáltam magyarázni a köveknek hallgattak próbáltam a fáknak bólogattak próbáltam a kertnek szelíden rámmosolygott a történelem négy évszakból áll mondta tavaszból nyárból őszből és télből most éppen tél jön Kányádi Sándor | Lezione di storia ho provato a spiegare la storia alle pietre hanno taciuto ho provato con gli alberi hanno annuito ho provato col giardino mi ha sorriso dolcemente la storia è composta da quattro stagioni ha detto, la primavera l’estate l’autunno e l’inverno ora è l’inverno che viene Sándor Kányádi | Lección de historia he intentado explicar la historia a las piedras han callado he probado con los árboles han aasentido he probado con el jardín me ha sonreído dulcemente la historia se compone de cuatro estaciones, ha dicho, primavera, verano otoño e invierno ahora le toca al invierno Sándor Kányádi |
Tomo nota de un verbo bello y peligroso: magyaráz (en infinitivo magyarázni, explicar). Españolizar, italianizzare, franciser, to anglicize, etc. indican generalmente solo la adaptación ortográfica o fonética a la respectiva lengua. Verdeutschen se le acerca más, pero no del todo: habitualmente se refiere o a la alemanización o al acto de traducir al alemán, y es tan solo de manera figurada que verdeutschen pude asumir el sentido de explicar con palabras simples, hacer comprensible. Magyaráz, por su parte, quiere decir justamente explicar, sobreentendiendo –y es aquí donde está su belleza y su peligro– que solo mediante el húngaro se puede realmente entender.
Bello y peligroso como Transilvania, donde Kányádi nació. Así la describe un escritor italiano:
«Ser transilvanos – dice Pál Bodor – quiere decir ser greco-orientales, catolicos romanos y armenios, calvinistas, evangélicos, hebreos, protestantes, unitaristas; quiere decir ser codo a codo rumanos, húngaros, eslavos, sajones, armenios. Este espacio de convivencia ha creado la grande “utopía transilvana”, la esperanza de vivir y prosperar juntos. Una esperanza que de vez en cuando se hizo realidad, como en las grandes revueltas de los campesinos». Pero la utopía, quizá, resiste aún hoy. Hay intelectuales que denuncian abiertamente la trampa nacionalista. Como los escritores Jebeleanu, Dinescu e Crasnaru que se han atrevido a protestar contra la emergencia de ciertas tesis chauvinistas. O el escritor Dorin Tudoran, que ha dirigido con el amigo húngaro Géza Szőcs un aviso a la ONU sobre este tema. Cuenta Bodor: “Hay allí dos poetas, uno húngaro, el otro rumano: Sándor Kányádi y Ioan Alexandru. Son amigos de toda la vida, traduce uno la poesía del otro. Dos destinos paralelos, un solo gran sentimiento de hermandad. La utopía transilvana está hecha de hombres como estos.»Paolo Rumiz, Danubio: storie di una nuova Europa, Edizioni Studio Tesi, 1990



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